¿Será un misterio el “Misterio del Capital”?. ¿Es el misterio el capital humano?.

Un buen artículo muy interesante de Jorge Chávez Álvarez Ex Presidente del BCRP, inicia diciendo. La campaña electoral arrancó y con hartos ofrecimientos despistados, que revelan mucha flojera para sintonizar la dramática realidad de un Perú arrasado por una de las peores pandemias de la historia. Dentro de todos los fuegos artificiales que ya se vienen lanzando, el que más llama la atención es el que levanta Hernando de Soto tratando de convencernos a los peruanos de que todos los problemas del Perú desaparecerán en un santiamén con tan solo dar títulos de propiedad a los pobres; gran varita mágica para que los pobres dejen de ser pobres y el Perú se convierta en una especie de Suiza.

Lo cierto es que tal varita mágica es pura ficción. Según un conjunto de estudios realizados para Asia y América Latina, si bien las intervenciones sobre los derechos de propiedad de la tierra agrícola pueden contribuir al bienestar de los agricultores, a través de una mayor seguridad percibida que incentiva la inversión a largo plazo, ninguno de esos estudios mostró que las intervenciones de derechos de propiedad de la tierra mejoren el acceso al crédito.

(…)¿Qué es lo que ven en un candidato sujeto de crédito? RTa.:las instituciones financieras y bancos consideran sujeto crédito a aquellos que tienen solvencia, pueden comprobar sus ingresos, poseen historial crediticio y calificación en el Buró de Crédito, por mencionar algunas de las políticas de crédito más comunes, es probable que el prestamista tome una decisión en función de las cinco C del crédito: historial de crédito, capacidad, capital, colateral y condiciones. Ahora, imaginemos que con Hernando de Soto, se titulan miles de invaciones o casas precarias e informales, ¿quién en su sano juicio creerá que ya será sujeto de crédito si esa persona no cumple las 5 C del créditos? ¡Fácil, es un engaña muchachos!.

Continuando el artículo de Chávez, dice. De hecho, está comprobado que la mayoría de las propiedades formalizadas por Cofopri no sirven para apalancar créditos, Pues en Perú, al igual que en muchos países en desarrollo, el crédito que reciben los pobres no descansa mayormente en el uso títulos de propiedad como garantía.

Lo que manda en la decisión crediticia es la performance de cumplimiento en el tiempo, la misma que está en función directa de la acumulación de conocimientos y experiencias empresariales, así como en la acumulación de conocimientos y experiencias de diversas instituciones de microfinanzas que utilizan tecnologías crediticias sustentadas en la garantía solidaria antes que en la garantía física.

Factores que atentan contra el uso de la propiedad en zonas pobres para garantizar créditos son: los altos costos de transacción que involucra constituir una hipoteca, el bajo valor de realización de las propiedades de los pobres, los altos costos operativos del otorgamiento de créditos individuales a personas que demandan créditos por menos de 1.000 dólares, la exigua liquidez de los activos que usualmente poseen los pobres, etc.

Por ello la revolución de las microfinanzas que se ha venido gestando en las últimas dos décadas dentro de los países en desarrollo, no ha tenido su origen en la formalización de la propiedad de los pobres, sino en su acumulación de conocimientos y experiencias empresariales, así como en la acumulación de conocimientos y experiencias de diversas instituciones de microfinanzas que utilizan tecnologías crediticias sustentadas en la garantía solidaria antes que en la garantía física.

La “nueva revolución de la teoría del desarrollo” encarnada en autores como Ramsey, Koopmans, Lucas y Romer, entre otros, demuestra que el capital humano encierra mucho más misterio y fascinación que el capital físico al que se aferra De Soto. De hecho, las sociedades actuales que más logran desarrollarse son aquellas en las que su población logra acumular más capital humano.

El “capital humano” no es otra cosa que el stock de conocimientos y experiencias que cada persona acumula en el tiempo y que permiten desarrollar habilidades y competencias, como producto de la inversión realizada por el Estado, la empresa y la familia, en la educación, el entrenamiento y la salud y nutrición de cada quién, dice Jorge Chávez.

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