Elon Musk, un visionario con pinta de supervillano y que todos creen

Elon Musk. Sus casi 66 millones de seguidores en Twitter lo saben. Los asistentes al Wall Street Journal CEO Council lo pudieron comprobar el pasado lunes. Musk contestaba en una pantalla enorme a las preguntas lanzadas desde un hotel en Washington por la moderadora, la periodista Joanna Stern.

Detrás del empresario, se adivinaba la pulcra gigafactoría de Austin, la nueva fábrica de coches eléctricos del dueño de Tesla en Texas. «¿Los consejeros delegados? No valen para nada», sentenció Musk entre las risas nerviosas de una audiencia… de consejeros delegados. «No las necesitamos. Sería mejor que no se aprobara esa ley».

¿Qué hacer con los impuestos a los superricos? «No veo sentido a quitarle el trabajo de la redistribución de la riqueza a quienes mejor saben hacerlo para dárselo a los Gobiernos, entidades claramente ineptas en esa tarea». . ¿Y con la superpoblación mundial? «Pese a lo que mucha gente inteligente piensa, nuestro problema no es ese, sino el contrario. Si no tenemos más hijos, el mundo se irá al carajo. Yo predico con el ejemplo».


Bienvenidos al espectáculo de Elon Musk . Padre de seis hijos, es, con un patrimonio valorado en 282.100 millones de dólares, el hombre más rico del mundo . Un visionario con pinta de supervillano y viceversa. Un empresario ambicioso y un punto libertario capaz de defender la vía interplanetaria como única salida para la humanidad; alguien que cree que los robots dominarán nuestra especie si no reaccionamos rápido y que lleva a cabo con éxito experimentos en los que un mono juega a un videojuego con la mente.

Al fin y al cabo, el proyecto de crear una empresa de coches eléctricos, que serán antes o después completamente autónomos , sonaba tan salvajemente futurista en 2003 como se antojaba a finales de los noventa la idea de una tecnología de pagos por internet . O como se antoja hoy la misión de SpaceX, la niña de sus ojos: construir cohetes que permitan a un millón de seres humanos establecerse en Marte antes de 2050. La diferencia entre entonces y ahora es que el mundo ha aprendido a tomar en serio sus visiones.


Y los mercados, también: Tesla, cuyas acciones debutaron en 2010 a 17 dólares y cotizaban el jueves a 1.068 dólares, ha experimentado un extraordinario crecimiento durante la pandemia. Estrenó 2020 con una capitalización bursátil de 117.000 millones de dólares , y el 25 de octubre pasado ingresó en el selecto club de las compañías del billón de dólares tras conocerse un acuerdo para la venta de 100.000 vehículos a la agencia de alquiler Hertz .

Un par de semanas después, Musk preguntó a sus seguidores en Twitter si debía vender el 10% de sus acciones.