Cuando el pasado de la emprendedora la anima a crear su propio negocio
La creación de empresas continúa hoy en Francia en una tendencia al alza. Según el INSEE, en 2021 se crearon casi un millón de nuevas empresas , un 17% más que el año pasado en el que ya se había batido un récord anterior a pesar de la pandemia de la Covid-19. Ante la crisis y los confinamientos, los franceses parecen querer cambiar sus vidas para una mayor realización y un mejor equilibrio entre la vida profesional y personal.
En este contexto, el emprendimiento se feminiza cada vez más, pero las cifras nos dicen que aún queda mucho por hacer para lograr la paridad: las mujeres ahora representan el 32,1% de los emprendedores independientemente del estatus de la empresa, pero esta proporción, que se ha mantenido estable por muchos años.
Desde la llegada de la primera red de apoyo femenino (Force Femmes), han pasado 15 años. Han surgido muchas otras redes (Les Première, Girls in Tech, Bouge ta Boîte, etc.), todas las cuales permiten a las mujeres atreverse a montar un negocio. Sin embargo, los hallazgos de hoy siguen siendo los mismos de ayer: las mujeres crean su empresa para lograr una mayor conciliación de la vida laboral y personal, para escapar de las dificultades salariales (acoso, estereotipos, etc.) porque todavía se enfrentan a representaciones de género y autocensura.
Siendo las motivaciones para la aventura emprendedora bastante similares entre mujeres y hombres, buscamos comprender en un reciente trabajo de investigación cómo el recuerdo de hechos significativos vividos durante el período salarial podría trastornar la carrera profesional.
Para lograr esto, se realizaron muchas entrevistas centradas en experiencias salariales pasadas. Muestran cómo los recuerdos impactan en la creación de empresas y brindan ideas para un apoyo más adecuado.
Frustración y sexismo
El mal ambiente de trabajo, la falta de reconocimiento y escucha, o incluso las desigualdades sufridas, son tantos motivos para dejar la memoria del asalariado como para construir un proyecto emprendedor. Cuando las mujeres relatan sus experiencias, la precisión y el detalle de los hechos recordados son asombrosos. Como testificó un empresario que conocimos, la frustración y la insatisfacción siguen siendo fuentes de sufrimiento en el trabajo que llevan a abandonar la empresa:
“Los últimos tres años de mi vida profesional asalariada no han sido fuente de realización para mí: estrés, cansancio nervioso y físico, deterioro de la vida social, etc. Ya no reconocía mis valores en las expectativas de la profesión y rápidamente sentí la necesidad de dejarme llevar para considerar un reciclaje y volar por mi cuenta. Me explotaron y no me pagaron a mi valor justo”.
Otro confirma este sufrimiento vivido:
“Después de 7 años, me quemé y me enfermé. Como no podía (ni quería) trabajar al mismo ritmo, es decir, matar el trabajo de 3 personas a tiempo completo, mi superior terminó considerándome como un mueble “.
Los testimonios también relatan muchos hechos relacionados con el sexismo y los estereotipos comunes, muy presentes en los negocios, como nos dijo uno de nuestros encuestados:
“He pasado por demasiadas cosas alucinantes sobre las que escribir… Incluso cuando un hombre me da un martillo, dice que es un poco pesado, así que puedes imaginar lo que la gente me dice como mujer con un seto recortadora o motosierra en la mano. Y luego a mí me preguntan si tengo diplomas, pero a un hombre no”.
A la hora de dar el paso hacia la creación de una empresa, los recuerdos de sus experiencias le brindan a la emprendedora una base autobiográfica que le permite justificar su deseo de cambiar de carrera. Esta base puede ser una valiosa ayuda para estructuras de apoyo, redes y, ahora, grandes grupos que invierten en mujeres para ayudarlas en su reciclaje apoyándolas.
La fuerza del grupo
Investigaciones anteriores han demostrado en particular que el apoyo en un grupo exclusivamente femenino tranquiliza al líder del proyecto. Intercambios dentro del grupo, como los formados por el programa de mentoring 100% femenino Ella es Mercedes , plantean interrogantes sobre el sexismo, el acoso y las dificultades encontradas en las carreras profesionales. Al expresar lo que los empujó a reconvertirse, recuperan la confianza en sí mismos y se quitan las dudas.
Frente al grupo, cuentan sus recuerdos a menudo difíciles. La memoria “autobiográfica” es entonces solicitada y aparece como soporte del acompañamiento. Una creadora de negocios, por ejemplo, se benefició de esta ayuda para darse cuenta de que había tomado la decisión correcta al cambiar de carrera:
“Como empleado, rara vez tuve la oportunidad de expresarme por completo. Necesitaba que la gente confiara en mí y que mis jefes reconocieran mi trabajo. A veces tenía la impresión de darlo todo, de agotarse sin que se viera”.
La falta de crecimiento en el número de mujeres creadoras de empresas muestra que las mujeres todavía se enfrentan a obstáculos sociales que les impiden realizar sus carreras en el empleo o hacer realidad su aventura empresarial. La implementación de apoyos adaptados a través de cuestionamientos introspectivos, juegos de simulación, proyecciones y movilización de sus memorias, aparece así como una forma de contribuir a despejar dudas y reducir gradualmente las brechas de género en el ámbito emprendedor.
Cet article est republié à partir de The Conversation sous licence Creative Commons. Lire l’article original.